He pasado una noche estupenda. Pero no ha sido ésta

Creo que ya ha pasado el tiempo suficiente como para hablar del ¿Por qué? renuncié a Lowe. Primero para los que me conocen hace poco, han visto las nuevas entradas y el optimismo y buena vibra que llevo en mi vida, no les voy a negar que soy un hombre completo, pero tengo un pasado oscuro. Mentiras, les voy a resumir la historia para contextualizarlos y para los que no saben o no entienden se enteren de una vez por todas del chisme.

A finales del año pasado Renault y su agencia de publicidad Lowe-SSP3 organizaron un concurso entre las facultades de publicidad de todo el país tomando en cuenta los resultados en el InterU (un concursillo ahí); por culpa de mi interés y mi amor a la facultad y por sobretodo a mi carrera (en realidad lo hice por el premio, un MacBook) y como yo (como decir esto sin sonar petulante, creo que es el problema # 1 de los publicistas) he sido premiado junto con mis amigos después de mucho batallar y siendo los merecedores dentro de la Universidad obtuvimos 3 trofeos de 6 que tiene el Poli. Fuimos elegidos para representar con el pecho bien inflado a nuestra prestigiosa institución. No les voy a negar, el concurso fue duro por el nivel de stress que manejamos, pero ha sido mucho más suave que muchas batallas. Como por ejemplo para talleres de publicidad que lo único que entregan es el orgullo y la garra (Gracias Molina y también Ferro).

En resumen, ¡GANAMOS! (En tu carota Libertadores… a Renault no le puedes pagar ni hacer trampa), para los que alguna vez por pura curiosidad vieron un Reality en CityTv sobre publicidad “ESOS ERAMOS NOSOTROS”, así que con vergüenza reconozco que me gané un Reality y aparecí en la revista Cambio y en la P&M como 3 veces con una cara de tarado.

Mi objetivo se cumplió, tengo mi MacBook, con el que trabajo y es mi bebé que no me abandona, pero además el Presidente de la agencia quedó tan satisfecho y deslumbrado con nuestro trabajo que nos propuso hacer la práctica profesional en la agencia más creativa del país (se dirán que orgullo y que chimba tan HP, sigan leyendo).

Desde ahí empecé a cometer errores, ya que el presidente nos preguntó ¿y ustedes en qué quieren hacer la práctica? A lo que en orden mis amigos respondieron:

Pamela: Ejecutiva (Fue la primera en entrar y la que está más montada y contenta)

Juan: Ejecutivo (El segundo en entrar, sigue ahí y se le ve feliz, tiene la mejor jefe a mi gusto)

Andrés: Ejecutivo (Renunció tuvo la jefe más paila que he conocido, prácticamente lo sacó)

Después de esto ¿qué oportunidad tenía de ser ejecutivo?, además un grupo de sólo ejecutivos ganó un concurso por encima de las Universidades “más creativas”… lo pensé mientras todos los demás contestaban y luego en tono y voz medio de bestia dije:

¡Cre...aaa..tiiii...voooo! (mucha pelota, tu querías ser ejecutivo… el destino es así, me dejaste al final para cometer esa burrada).

Entré a Lowe no recuerdo que día, tampoco recuerdo cuando me fui. Pero desde un principio me di cuenta que no era importante para la empresa ni para el área creativa. Mi entrada triunfal y primer contacto con los creativos fue el siguiente: El otro socio, el director creativo “Miguelito” se acordó que algún día le dijeron que TENÍA que acomodar un creativo; pero como es un hombre tan ocupado (ustedes vieran) sólo se acordó en el momento en que éste personaje que escribe llegó buscando su sitio de trabajo, su lugar de inspiración donde esas marcas iban a volar. Por eso cuando “Miguelito” me vio, con la justicia dedocrática que lo caracteriza (¿por qué no estaba Aponte en ese momento?, ese grupo, ese director creativo hubiera sido todo tan diferente) vio al único director creativo que estaba en la agencia y sin pensarlo dos veces dijo con tono "autoritario" (para que no hubiera duda ninguna)

-¡Margarita!, te presento tu nuevo creativo… conózcanse y tu le explicas todo, yo estoy ocupado. (Así empezó mi exitosa y laboriosa carrera en Lowe)

Empecé “trabajando” (si a eso se le llama a recorrer la Interné con un horario de 9:30 a 6:00) en el computador de una diseñadora gráfica que estaba viajando a los Neuyores.

Desde ese momento hasta las dos primeras semanas en que me quedé sin computador porque la chica llegó, realicé las siguientes actividades creativas (no exagero):

- Promoción jabón Puro (ideas todas tumbadas)
- Activación Rexona (ideas todas despreciadas)
- Cuña Mazda (les gustó mi idea, la modificaron y NO me llevaron a la grabación)
- Ayudante del diseñador para tomar unas fotos para Mazda
- Idea de aviso Shock (lo único que me aprobaron está a continuación)

Nota de imagen: Este aviso fue una idea no más, el copy ya venía y la gráfica hizo un trabajo excelente, la idea de “dos mundos fusionados pero independientes con elementos que mostraran el crecimiento de los lectores” aunque tengo que aceptar que se ve bonito es gracias a Paola (una gráfica una bacana, poco hablamos pero me cayó muy bien), es lo único que hice en Lowe.

Las otras dos semanas, fueron de desespero profesional, me sentía frustrado, porque además me ponían a hacer el trabajo que abajo (los del taller que todos son unos bacanes, que como yo están comenzando) no podían hacer. En pocas palabras yo era como el cuarto árbitro que está ahí por si alguno de los otros tres les pasa algo estoy listo a reemplazarlo, pero mientras eso sólo dice cuánto tiempo se perdió. No les miento, me volví una carga para mi jefe, en su cara se notaba que no apreciaba mucho de verme y mucho menos comprometerme con trabajos. Pasaron 3 semanas en donde las reuniones de tráfico (lo que uno tiene que hacer para la semana) pasaron vacías por mis ojos, semana tras semana sin nada que hacer.

¡POR FAVOR! Gritaba yo por dentro desesperado, necesitaba hacer algo y lo máximo que hacía era una frase para un pendón. Por eso después de terminar la cuarta reunión de tráfico y yo ahí con cara de perro muerto de hambre a la salida de una carnicería, decidí renunciar y de que modo. Entré valientemente donde “Miguelito” y le dije muchas cosas (más de corazón que de mente) creo que sonó muy feo (tengo ese problema) pero a él le causo risa y me la aceptó. Me fui como entré sin importarle a nadie y sin haber hecho nada. Pero me siento muy bien.

¡JUEMADRE! ésto se me alargó, creo que falta aún mucho por escribir, más de lo que yo creía pero para terminar lo siguiente:

1. Les muestro ese aviso, que no se si sea mío, porque viéndolo bien mi aporte fue casi nulo. Aclaro que lo saqué de la revista P&M del mes de Febrero de 2007 y fue elaborado por Lowe-SSP3
2. Para mi trabajar en Lowe era un sueño, era la agencia más grandiosa y el paraíso más espectacular para trabajar que yo creía. Pero fue el mes más amargo que me ha dado la publicidad, durante no sé cuántos días fui un hombre triste y desganado, Lowe me convirtió en algo que no quería ni quiero ser.
3. Gracias a todos en Lowe, por darme la oportunidad, por darme buenos consejos (Gracias Burro), por todo sea malo o bueno creo que nunca olvidaré a Lowe. A los pocos amigos que hice allá (creo que sólo es Natalia mi vecinita, tal vez Palma).
4. No puedo creer que la gente tenga que aguantarse lo mismo durante meses para empezar a hacer algo en una agencia y peor que las agencias grandes les paguen a los practicantes por nada.


Fue una época triste pero tú con tu sonrisa me hacías recordar que la vida si puede ser feliz, que vale la pena valorar mi tiempo y mi trabajo y por sobre todo que es sólo un trabajo y uno puede destacarse en cualquier lugar si es bueno y tiene constancia.