6/05/2007

La fortuna de ser desafortunado

Ya salió BlogJuan Mayo y tuve la fortuna que la barbaridad que escribí para esta ocasión se publicó, aquí se las dejo para que tengan un abrebocas de lo que se van a encontrar.


La fortuna de ser desafortunado

Desde muy pequeño tenía la capacidad de mirar el mundo de abajo para arriba, esa virtud que permite ver como funciona el mundo en realidad. Cuando uno tiene esa perspectiva contrapicada, puede ver todo aquello que pasa por debajo de cuerda, por eso, desde ese momento he creído que el mundo no le pertenece a los grandes magnates, ni a los tiranos, ni a los Chávez, Uribes, Bushes, ni siquiera a la mano que mese la cuna ¡No señores!, el mundo, irónicamente, es de las personas “desafortunadas” pero que tienen la fortuna de tener nuestras vidas en sus manos, por eso hoy vengo a defenderlos a capa y espada, vengo a poner la cara, la mano sobre el fogón, lo que quieran, porque de estos “desafortunados” aprendí que soy un hombre muy afortunado de que no se hayan rebelado todavía, pero no sólo eso, de ellos aprendí estas valiosas lecciones que vengo a mostrarles.

Tal vez mis mayores ídolos son los
chóferes de bus, gracias a ellos aprendí la templanza la garra y el verdadero significado de la palabra nobleza; o alguien que me diga: qué otra persona conocida se atreve a manejar con tanta pericia ¿Cruzar tres carriles sin frenar? es sin duda una cátedra en picardía ¡Y sin siquiera mirar el retrovisor! ¿Para qué? para que nosotros, los que la virgencita de Fátima no nos premió con un “autito” lleguemos al sitio donde nos ganamos las Pilsen, porque todo héroe que llega a su trabajo a tiempo merece una Pilsen (no mentiras, lo de publicidad fue el mes pasado). Los buseteros son descendientes directos de los Espartanos, trescientos buseteros pueden contra un millón de taxistas sin despeinarse a lo Steven Seagal. Los admiro por su inmensa capacidad de ubicuidad, no es fácil manejar, estar pendiente de los clientes, recibir y dar vueltas y aparte estar pendiente de la vieja cansona que se quiere bajar. Gracias por enseñarme el valor de una sonrisa, porque una de esas no se regala, una sonrisa se gana y sólo se da a quien se la merece.

Las segundas personas que admiro profundamente son los
Guardias de Seguridad, conocidos en el bajo mundo como celador, guachimán o porteros; ellos me enseñaron la prepotencia, la seguridad en mí mismo y por sobretodo el seguir las normas. Podrás ser el presidente de la empresa que quieras, podrás ser el amigo personal del vicepresidente de la empresa, podrás tener la cita más importante de la vida, el trabajo de tus sueños te está esperando adentro pero –Qué pena, sin documento no lo puedo anunciar-, eso es seguridad en lo que se está haciendo, en ese momento él y sólo él es el dueño del edificio. Atención. Jamás intente hacer que su voluntad se resquebraje. No lo logrará. –Caballero ya le dije que NO, no insita más o tengo que llamar a la Policía- ¡Simplemente maravilloso! Y te rematan diciendo –Son las normas, ¿qué le vamos a hacer?, cuando traiga el documento con mucho gusto lo aviso-, por eso admiro a las murallas humanas conocidas como Celadores.

Las más temibles están en el tercer lugar
Las encargadas del servicio para efectos de naturalidad las llamaremos simplemente “las muchachas”, ellas me enseñaron la suspicacia, el mimetizaje y el manejo oculto de la información. Ellas lo saben todo, saben exactamente cual es el punto débil del enemigo, pero jamás se lo harán saber, todo el tiempo lo están estudiando, jamás se pueden detectar y pasan tan rápido al modo distracción que es muy fácil brindarles confianza total. Saben mercadear con la información, saben qué y a quién venderla. Maestras totales del engaño. Gracias por enseñarme a ser un súper espía.

Mis amigos los
Choferes del servicio público particular, mejor conocidos como Taxistas, me dieron muchas lecciones, pero en particular de ellos aprendí “Que la unión hace la fuerza”, también que la mejor forma de mezclarse entre la sociedad sin perder poder, ni ser detectados es hablando otro idioma, por eso cuando hay un QR13 pero la cosa se complica y piden un QH12, ¡Qué mí Señor lo coja confesado!, porque si de algo estoy seguro es que estos personajes jamás respetarán las leyes, su filosofía se basa en que las reglas son para romperlas, por eso no existe Pare, Prohibido ni cualquier negación, ellos me enseñaron que no hay cosas imposibles sino hombres incapaces.

¡Silencio!, para los que tienen la costumbre de leer en voz alta para que el cerebro perciba en sorround; NO quieren que las siguientes personas los escuchen o caerán en sus garras para siempre. Las recepcionistas, que son las más sagaces, de ellas aprendí algo valiosísimo: se puede jugar con las personas sin que ellas puedan reaccionar, se puede torturar a la gente con sus propias necesidades, me explico. Tienen tal vez la misma habilidad que los porteros, pero ellas como buenas mujeres, te saben enredar. Su grado de atención es gradual: la primera vez que se les habla es como si tu conciencia te hablara, por muy fuerte que grite seguramente será ignorada. Después, lo que uno recibe es un directo –Un momento por favor- y llega esa deliciosa canción o peor aún grabación, porque si hay una tortura mayor que esa díganme (la campeona: la de Taxi-express, qué consejos de vida tan impactantes. No sé que haría sin ellos).
Después de muuuuuuuuuchos timbrazos y creer que se ha obtenido la victoria porque por fin contestaron, reaccionas y te das cuenta que todavía estás en el principio y dependiendo de ellas. Lo peor es que tienen cómplices, que hacen la tortura mucho más efectiva rebotando la llamada el tiempo preciso para evitar que uno se cuelgue con el cable del teléfono. Por eso les digo ¡GRACIAS!
¿Están mirando cierto? Gracias por mostrarme que uno puede ser malo “siendo bueno”.

Por último, hay unos que lo buscan a uno, este es el caso de
los Payasos con megáfono y los Repartidores de volantes, de ellos aprendí la importancia de las palabras precisas y bien dichas, también que para el bien propio hay que aprovechar todo en el ambiente; ellos saben pegar en las fibras más sensibles cuando quieren sobresalir -¡Venga! Entre y pruebe el más rico almuercito, no quiere parecerse a este flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones. Entre y pruebe la sazón que lo saca de ese desazón- Ellos no conocen el término “competencia leal” –Monito yo sé que a usted le gustan las chicas lindas, venga, vaya con esta tarjetica y encuentra mejores viejas que en ese cuchitril de allí arribita, a ese enano bigotudo no le crea nada-

A todos estos personajes les agradezco por hacer de mí este hombre tan abyecto y enredado.

También gracias a ti, porque contigo, así no te des cuenta, siempre me ayudas y me das fuerza para seguir, siempre sabes qué y cómo decir las cosas que necesito, porque tu aliento me revive, tu sonrisa me regenera y tus besos me hidratan. Tus palabras me llenan de fuerza y de inspiración... cada día siento más la falta tan inmensa que me vas a hacer.

5 comentarios:

Maria() dijo...

Bueno, vale la pena repetírtelo: el artículo te quedó excelente, muy bien hecho. Además que bueno que tuve la primicia primiciosa :D

Saludos Sebas

Anónimo dijo...

Esselente...

Unknown dijo...

Muy bueno el articulo, es más, es excelente. Te felicito!

Anónimo dijo...

Pasaba por aqui, y me encontre este articulo, muy muy interesante...

Besos

Naini

El Flaco dijo...

Ahora ya me usan para publicidad?, que tan efectiva es una campaña que compara con mi persona?, Flaco ojerozo?, es como el piropo mas lindo que alguien me abrá de tirar