Bendita sea mi suerte

Este post puede contener material no apto para sus ojos noble lector, el contenido es un desahogo espiritual y si se siente aludido es porque usted también pertenece a esta calaña.

No fue sino que yo me preguntara lo que pasaba si uno era bonito e inteligente (esta maldita entrada), para que me cayera la maldición de todo-lo-que-digas-será-en-tu-contra. Maldito Karma tenía que venir a joder la vida ahora que necesito plata, eso me pasa por torear el destino. El estaba ajeno a mi presencia, yo me puse de sapo a buscarlo y vean lo que me pasó:

Transcurría el primero de Mayo, día internacional del trabajo. Se supone que nadie, absolutamente nadie, trabaja ese día. Entonces, Sebas con su pericia al volante de ex-novia emputada, iba enmierdado por plena av. el dorado para recoger a la mugres en el trabajo. Cuando una pandilla de hormigas atómicas con disfraz verde (dícese chupas) me estaban esperando con la cara de muertos de hambre que suelen tener desde que les pusieron cuotas. Me estiraron la patica y me indicaron que parara el vehículo, obedientemente, lo hice.

- ¿Caballero sabe a cuánta velocidad iba?
- No sé, creo que iba un poquito rápido.
- Exactamente el caballero se desplazaba a 96 km/h
- No me dí cuenta, lo siento.
- Los papeles del vehículo y la licencia por favor.

Resultado de esta emotiva charla está el primer "parte" de mi vida, $216.900 pesos del alma.
Aquí nace mi primera razón de empute. Cómo puede ser que estos malditos hijos de puta no digan nada de los beneficios que da movilidad por hacer un hijueputa curso de 45 minutos, que este curso da un descuento del 25% sobre la multa. Además que uno puede apelar si no cree que sea culpable.
Pagué y seguí alimentando las arcas de la secretaría de movilidad. Muy de mala gana pero lo hice.

Qué hubiera dado yo porque todo hubiera terminado allí. Pero ahí está la maldición si-crees-que-todo-está-bien-es-porque-ignoras-algo-pendejo, y sí, en verdad reté al destino y este me demostró que tan hijo de puta podía ser conmigo.

Pagué el parte el viernes, y el fin de semana fui un santo cordero, el lunes... me aconteció un acto Mariesco() (Ando inventando palabras), mi querida mugres, le dio por llamar (como si ella tuviera la culpa) cuando yo salía de português y saqué el celular del bolsillo para ver quién era, dí la vuelta para coger la séptima y ahí estaba ese malparido, con la boca hecha babas, con sus ojos brillantes y sus cejas llenas de placer. Su mano sobre excitada se estiró para detenerme mientras su lengua se desenrollaba y las babas alcanzaban el piso. Juro que iba a contestar, no se los voy a negar, pero en ese momento no estaba hablando, lo que técnicamente me exime de la culpa. Esta hiena vestida de verde biche, verde porrista del chico. No me dejó hacer nada, cero negociaciones, cero tolerancia por parte de la autoridad. El segundo parte en menos de una semana, no sea tan bruto.

Me duele esa plata que no tengo, me duele gastarme mis ahorritos en güebonadas, pero lo que realmente me emputa a sobremanera es lo que hacen un par de tetas. Es que no hay derecho, la vieja que detuvieron por lo mismo justo en frente mio, porque yo la vi, salió ilesa a punta de coquetería, por eso deseo que a todos los policías de tránsito que sean corruptos y en especial al 1131 y al 7782 les caiga la maldición del travesti-que-les-da-po'l-culo-por-malparidos.

Puesto que ya había adquirido cierta experiencia pagando partes, pues decidí apelar porque no me parecía justo. Fui a la cosa esa de movilidad; pero, para terminar de enloquecer, me encontré con que para las apelaciones hay que llevar no sé cuántos papeles, fotocopias, fotos autografiadas, testigos y hasta el vídeo en HD y que por bajito el "trámite" se demora 5 horas.

Otra vez pequé de ignorante, pagué el 75% de la infracción, $162.600 pesos del alma para esas almas de Dios que tanto necesitan la platica, y tomé el granmalparido curso. Pero hubiera preferido un millón de veces más aguantarme y apelar que esa tortura de 45 larguísimos minutos.

Acaso existe algún convenio entre la Secretaría de Movilidad y Sibaté (pueblo cercano a Bogotá, hogar de los locos y chiflados de la capital) Las profesoras son tres viejas locas. Una que le encanta salir y entrar de clase, sonreír a todos y mirar con cara de buena-marica-la-cagaste-y-me-estás-alimentando. La otra es la que asiente para todo, parece uno de esos perros de buseta. Y la última, la líder, se trago a todos los cariñositos y habla del peatón como "un tierno ser".

Conclusión: Aprendí la lección y ahora, cual vil hamster, siento el electroshock cuando voy a acelerar o a hablar por teléfono. La letra con sangre (entiéndase plata) entra.

Nota: No tengo un Renault engallado, mi hermoso carrito es este

Perdóname, pero te juro y me conoces lo que me duele, pero también has notado que he cambiado. Funcionó viste.